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¿Por qué las botellas de cerveza artesanal son oscuras?

Seguro te has fijado que todas nuestras botellas —y las de muchas cervezas artesanales— son de vidrio oscuro, ya sea ámbar o café. No es por estética (aunque sí se ven chulas en el refri y con nuestra etiqueta más), es por algo mucho más importante: la protección de la chela.

El enemigo silencioso: la luz.

La luz, especialmente la del sol o la luz fluorescente, es uno de los peores enemigos de la cerveza. ¿Por qué? Porque afecta directamente a un ingrediente esencial: el lúpulo.

El lúpulo no solo le da aroma y amargor a nuestra cerveza, también es una parte clave de su frescura y carácter. Pero… es fotosensible. Es decir, reacciona mal con la luz, como el Hugo “el Chino” que va a la playa y se llena de ronchas. Cuando eso pasa, las moléculas del lúpulo cambian y generan un sabor y olor que muchos describen como «zorrillo» (sí, como el animalito apestoso), o como muchos decimos: “está quemada la chela”.

Entonces, ¿la botella oscura es como un escudo?

Exactamente. El vidrio oscuro funciona como un filtro natural que bloquea los rayos UV y ayuda a conservar el sabor original de la cerveza por más tiempo. Es como ponerle lentes de sol a tu chela para que no se eche a perder antes de tiempo.

En cambio, las botellas claras o verdes —muy usadas por marcas industriales— no protegen igual, y eso se nota cuando la cerveza huele raro o tiene un sabor que no estaba en el perfil deseado.

En Cervecería No. 18 cuidamos cada detalle.

Desde la selección de maltas y lúpulos, hasta el tipo de botella que usamos, todo tiene una razón. Usamos botellas oscuras porque queremos que cada vez que abras una, te encuentres con la mejor versión de nuestra cerveza, tal como la hicimos: fresca, equilibrada y con todo el sabor intacto.

Así que ya sabes: si ves una botella oscura, no solo pienses en lo bonita que se ve… piensa en lo bien que está cuidando esa STOUT Peanut Butter o cualquiera de nuestros estilos que lleva dentro.